07 octubre 2011

El experimento de Knopfler y Dylan en Dublín

(Escrito por un simpatizante de la música de Bob Dylan y defensor a ultranza de Mark Knopfler como uno de los músicos más grandes de nuestro tiempo)

Dublín, 6 de Octubre, 7:30 pm, O2 Arena

Primer concierto del tour europeo que une por primera vez en vivo a estos dos monstruos de la música de los últimos 30-40 años. Miles de personas toman posesión de sus localidades media hora antes del inicio del show, mientras algunas decenas de desdichados apuraban su suerte en los alrededores pidiendo a gritos si a alguien le sobraba alguna entrada.

Nadie sabe exactamente que va a ocurrir, pero hay mucha expectación y se palpa esa atmósfera excitante que solo se vive en las ocasiones especiales. Cada cual calma los nervios a su modo, yo haciendo llamadas de teléfono a algunos amigos y el chico que se sentaba a mi lado, tratando de alternar sus Carlsberg con bromas a sus acompañantes, a la vez que intentaba buscarme conversación: ‘Oye, dime la verdad, ¿tu vienes por Knopfler o por Dylan?’…Me miró con ojos suplicantes esperando que mi respuesta no le decepcionara, un poco cómo si alguien que no te conoce de nada te pregunta por vez primera si eres merengue o culé. ‘¡Knopfler, sin duda!’ Su reacción fue eufórica: ‘YEAH MAN!! …He is a fucking genious! Su semblante se relajó y luego ya me hizo preguntas más típicas como de dónde era y si había ido a Irlanda sólo para el evento(le respondí con algunas mentirijillas).

Y vamos pues con el concierto:…extraño, muy extraño.

A las 7:40 pm se apagan las luces y aparece Mark y su banda. Es la primera en mi vida que un espectáculo de estos empieza antes de la hora –20 minutos de adelanto- y creo que como a mí, cogió a bastante peña a pie cambiado. Todos aquellos despistados que se arremolinaban en los puestos de bebidas o los que estaban dándose caprichos en las tiendas de merchandasing, entraron al recinto en una oleada ruidosa para no perderse los acordes del ‘Why Aye man’. Buen inicio.

La noche prometía: Knopfler en plena forma, la Fender tomando vida propia y un grupo de 8 colegas eficientes entre los que destaco a Guy Fletcher siempre dando el callo y a Mike McGoldrick (músico de raíces irlandesas y virtuoso de la gaita, la flauta, el tin whistle y de cualquier instrumento que le eches en la mano, hasta la mandolina).

Al ‘Why Aye man’ le siguió ‘Cleaning my gun’, una canción del último disco, no de las peores, pero tampoco de las mejores. Y luego ‘Sailing to Philadelphia’ y ‘Marbletown’. Parece que Mark se había decantado por un repertorio de temas, no de segunda fila, pero sí de los menos conocidos. A la audiencia le daba un poco igual, todos estábamos allí entregados y además quedaba mucho tiempo por delante.

Algunos gritos de ‘We love you Mark!’, alguna broma de vuelta y seguimos con temas de su etapa en solitario. Dos grandes como ‘Hills Farmer’s Blues’ y ‘Done with Bonaparte’ que derritieron a los más incrédulos si aún quedaba alguno. Durante el primero no se movió ni una mosca, con el segundo el auditorio se convirtió en una fiesta. Un idea de porqué algunos temas que en estudio parecen inacabados se completan en directo, añadiéndole instrumentos, matices y hasta nuevos arreglos. La carrera de Knopfler está plagada de ejemplos similares. Luego Mark nos sorprendió con un tema inédito, seguramente lo estrenará en su nuevo disco que saldrá el año que viene. Se titulaba ‘Privacitary’ o algo así y empezaba con acordes country y terminaba con una melodía celta, celta. Un detalle de su parte haberla estrenado para nosotros. Quizás fue lo mejor de la noche en una velada con bastantes aspectos negativos: Qué me dicen de la prohibición absoluta de realizar fotos (con o sin flash). Al más mínimo intento aparecía alguien de la organización y te apuntaba con una linterna en la cara y te echaba la bronca, una medida que tocaba bastante los cojones la moral. Otro detalle que no me gustó nada sucedió cuando alguien en la segunda fila se levantó en medio de una canción para aplaudir desaforadamente y llegó un vigilante y le dijo que se sentara. Totalmente innecesario.

Aunque la foto no valga un pimiento, me encanta saltarme las normas, sobre todo si considero que son estúpidas.

MK

En cualquier caso, a la hora justa de iniciarse el concierto, sonó el último acorde de una brutal ‘Speedway to Nazareth’ y la banda al completo se esfumó en un santiamén. Tan sólo 60 minutos…¡Oye, hey, vuelvan!, ¿dónde está mi ‘Sultans of Swing’?

Rápidamente salieron los mozos para desmontar el equipo de Knopfler y comenzar a armar el de Dylan (bastante más sencillo, por cierto).

Durante el descanso, mi compañero de asiento, al que ya se le iba notando el peso del alcohol, intentó de nuevo entablar conversación, aunque esta vez fui yo el que se desahogó. ‘¡Que guapo, no?’, me dijo. ‘Sí, que guapo y que ¡corto!, ni diez canciones’ …’Ah bah, no te preocupes, luego vuelve, ésta era sólo la primera parte’…’Oye, me voy a por más cerveza, ¿te traigo una?’, ‘No, gracias, no bebo’ (pedazo de trola, y lo peor es que me sentí bien y todo).

Por fin apareció Bob y su banda. No vamos a descubrir ahora a Bob Dylan ¿verdad? Genial músico, mejor compositor y probablemente uno de los mejores letristas anglosajones que ha parido madre (con el permiso del señor Cohen). Su sola presencia en el escenario impone, su experiencia con la guitarra, los teclados o sus solos desgarradores de armónica. Todo en Dylan era sublime, salvo cuando, …cuando cantaba. ¿Dónde han quedado las cuerdas vocales de este hombre? Una cosa es tener la voz rota y otra hacer que a su lado, Sabina parezca Pavarotti.

De todas formas, el auditorio le perdona todo a un maestro como él e íbamos dejando pasar los minutos hasta que Mark volviese a salir al escenario y se marcasen juntos algunos temas clásicos del repertorio de ambos. Mientras tanto y aunque la actuación de Dylan –pese a ser algo fría y dejando a un lado el asunto vocal- era bastante digna, mi compañero de asiento no tenía ánimos ni para aplaudir, se aburría y empezó una guerra soterrada de efluvios cerveceros…a lo que no me quedó más remedio que contraatacar con la salsa de albóndigas de la cena. Después de un rato de intercambio de misiles AIRE-AIRE, pactamos la tregua y él se hundió en su butaca, mientras yo, lo reconozco, luchaba para no bostezar.

Una hora exacta después de comenzar, Bob Dylan también terminó su concierto. Desapareció entre bambalinas, pero la multitud pedía más. Poco a poco, un clamor sordo se hizo hueco hasta convertirse en unánime, mi compañero de al lado se despierta y se une, yo también, todo juntos en un solo grito: KNOPFLER!, KNOPFLER!, KNOPFLER!!!! Así un minuto y luego dos…hasta que se iluminó de nuevo el escenario y ante el éxtasis del público apareció de nuevo…no Knopfler, sino Dylan. Que chasco.

Nos otorgó una versión rarísima de ‘Like a Rolling Stone’ y comento lo de extraña por ser benévolo y no asumir abiertamente que parecía más bien un cover chungo o una caricatura de su propio tema que el público no pudo siquiera corear. Luego dijo gracias (primer y único intento de la noche de interacción con el auditorio), presentó de un plumazo a los músicos de la banda, tocaron ‘All along the watchtower’ y se piraron.

Y ya está, no hubo más.

Creo que no fui el único que tuvo la sensación de quedarse con las miel en los labios. Cuando pagas 90 euros por ver a Mark Knopfler y a Bob Dylan, esperas algo más. Supongo que al ser el inicio del tour estarán aún en periodo de pruebas e irán mejorando cosas, tal vez a los de Dublín nos tocó pagar el pato, pero si toda la gira va a ser como el concierto de anoche, no diré que sea un fiasco, pero desde luego no cumple con las expectativas. Una mini actuación de 1 hora de cada uno, sin temas juntos no es suficiente. Y sobre Knopfler, ya no sólo es el hecho de su papel de telonero, que me puede agradar más o menos, sino la elección de los temas poco cuidada. A mí me gusta su carrera en solitario y entiendo que haga hincapié en estas canciones…, y yo no es que echara de menos Romeo and Juliet, Sultans of Swing o Local Hero, es que no tocó ni una, ni una sola de la época de Dire Straits.

En fin, había esperado más de 25 años por vivir un momento como el de anoche. Seguiré esperando.

7 comentarios:

  1. Joder, pues que pena. Aunque parezca que lo digo a toro pasado, lo primero que se me pasó por la cabeza cuando me enteré de la actuación fue "vaya cosa más rara, no veo a Dylan colaborando en un Sultans of swing, quizá más a Knopfler en temas folk-rolck...", pero de ahí a que tú, tú precisamente, fan nº1 de Knopfler salga del concierto medio embajonao... Pues ya tuvo que ser chunguillo. Pero bueno, al menos viste al idolillo de marras y un cierre de concierto con "Speedway to Nazareth" (de mis favoritas en su carrera en solitario) tuvo que ser la repanocha. En fin... Ya mañana seguimos comentando "la jugada"...

    ResponderEliminar
  2. Una pena que fuese tan corto. Dos genios como esos ya pudieron estirarse un poco más (no solo con el precio), si Knopfler (el más grande) en un concierto me deja así no respondo de mis actos jejeje. Por lo menos cuando lo vi con Dire Straits en Vigo fue un desfase.

    ResponderEliminar
  3. Alfrodo, me sentí como si te ponen el mejor solomillo que puedas imaginar delante de los ojos, te dejen darle dos mordiscos y se lleven el plato. Igual me había creado unas expectativas demasiado altas (alguna de Dire Straits no era mucho pedir...y coño, por lo menos una hora y media!). Hoy se me ha venido a la mente un mogollón de veces el concierto de John Mayall del año pasado en Las Palmas. Casi 80 tacos y dio una puñetera exhibición.

    Vitara, no me puedo creer que disfrutaras a Dire Straits en directo...Te odio!! jaja (se me ocurren una serie de insultos cargados de envidia, pero lo dejaré estar) :-P

    ResponderEliminar
  4. Aún no he terminado de leer la entrada, tengo prisa y salgo pitando, pero estupefacto me hayo…‘No, gracias, no bebo’ (pedazo de trola, y lo peor es que me sentí bien y todo). Retomaremos este tema mañana en persona, tenemos que ver porque se han deteriorado tanto tus valores tradicionales con los que fuiste criado y educado.

    P.D. no me gusta tomar partido pero,en cuanto al enfrentamiento deportivo de mañana no se si decir...UP THE REBELS!!!! (mierda cada vez me intoxicas mas)

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tu crónica. Somos muchos los que estamos expectantes, y la verdad es que algo de razón tienes: todos esperamos algo más. Espero que con el correr de la gira se vaya puliendo un poco. Voy con unos amigos al de Roma, en noviembre. Ya contaré algo.

    ResponderEliminar
  6. Hola a todos, yo también voy a ir al de Roma y me he creado altas expectativas por la reunión de dos de mis ídolos. Tu crónica me deja bastante chafado porque sobre todo lo que no me esperaba es que no tocaran juntos ninguna canción. Ninguna! Si podría haber sido todo el concierto con los dos en el escenario a la vez...! Bueno a ver si introducen algunos cambios durante el tour. Saludos

    ResponderEliminar
  7. Hola Anónimo y hola Javier. Gracias a los dos por comentar. Espero de verdad que en Roma vean otro concierto, al menos más largo y con un poco más de implicación de Bob y Mark con el público. No creo que los italianos con lo fogosos que son dejen irse a Knopfler de rositas sin siquiera tocar un par de bises. Saludos.

    ResponderEliminar